Con esta entrada empezamos a abrir nuestro particular cajón de caos ordenado para que no solo sepáis lo que hacemos, sino también lo que sentimos y lo que opinamos. Empecemos por el principio…
¿Qué hacemos los miembros del equipo Talentum en elBulliLab? Pues precisamente esto: muchas preguntas. Y cuando les damos respuesta, nos las volvemos a preguntar. Al principio, incomoda encontrarse a uno mismo teniendo que estar constantemente preguntándose preguntas y respondiendo respuestas. Pero pronto se convierte en una especie de droga, que te hace depender constantemente de los signos de interrogación. No miento si digo que he utilizado más estas teclas del ordenador en tres meses que en toda una vida.
A pesar de que nuestro trabajo no tiene un camino definido y se dirige hacia varias direcciones a la vez, puedo afirmar que todo lo que hacemos siempre gira en torno a una pregunta: ¿cómo se debe crear una startup? Y de esta se derivan una gran cantidad de cuestiones a resolver. No se trata de algo sencillo de contestar, pero, a decir verdad, nada que sea apasionante lo es.
Si en un proceso normal esta gran pregunta ya traería consigo una larga lista de cuestiones subyacentes, imaginaos cuán larga se hace cuando trabajas dentro de un sitio como este, con una cabeza pensante como Ferran Adrià y con un equipo de personas que vienen de disciplinas tan diferentes entre sí –como filosofía, gastronomía, historia, diseño, informática…–, mezclando ciencias y letras como nunca antes se había hecho.
La multidisciplinariedad es uno de los aspectos que más nos llamó la atención a todos al entrar en este proyecto de locos. Y es que aún existe una brecha, más mental que real, entre el la ciencia y la creatividad. Pero la realidad nos demuestra constantemente que la unión entre estos dos mundos no se trata solo de una posibilidad, sino de una necesidad.
Para mantener un equilibrio, el caos necesita orden y el orden tiene que despeinarse. Así que parte de nuestra tarea también es acabar con la concepción hippie que tienen algunos sectores sobre la creatividad y las disciplinas que se derivan de ella, a la vez que deshacemos la seriedad y las estructuras inamovibles que algunos presuponen cuando se habla de informática, telecomunicaciones y, en general, de disciplinas técnicas.
En definitiva, las preguntas más importantes son las que no se escriben en el papel, pero que sin darnos cuenta, contestamos cada día. ¿Por qué ingenieros informáticos y de telecomunicaciones? ¿Por qué publicitarios, periodistas, documentalistas y diseñadores? ¿Por qué todos juntos? Quizá no siempre estén en nuestra cabeza. Seguramente nunca escribamos la respuesta en un papel. Pero puede que la respuesta sea la esencia de las empresas del futuro.