Espacio
ELBULLILAB
Es una nave industrial en plena ciudad de Barcelona, en la falda de la montaña de Montjuïc y al lado de la Plaza España. Es un gran espacio diáfano, lleno de paneles de porexpan con papeles pegados y con un equipo de 60 personas trabajando en silencio. Es elBulliLab, el nuevo proyecto que Ferran Adrià ha puesto en marcha tras cerrar el que fue cinco veces considerado mejor restaurante del mundo, elBulli.
¿Pero qué demonios se está haciendo allí dentro? Esa es la pregunta del millón e incluso a los propios trabajadores de elBulliLab les cuesta explicarlo. En este espacio no hay cocina. Eso es, Ferran Adrià ha puesto en marcha un proyecto en el que no hay alimentos, por lo menos físicamente. De hecho, ni siquiera se puede comer mientras se trabaja y los empleados se traen el tupperware de casa. El silencio y la concentración reina en el lugar y la única voz que se oye, a todas horas, es la del cocinero, hoy convertido en celebrity de la creatividad.
Muy bien, ya tenemos más datos de la nueva aventura de Ferran Adrià, pero no sabemos el objetivo de todo esto. No es uno, sino que son varios. En elBulliLab se está investigando para crear más y mejor, mediante el método Sapiens, desarrollado aquí mismo y que se quiere exportar a otras disciplinas, más allá de la gastronomía. Según este método, hay que ir al origen de la cosas para comprenderlas y poder investigar sobre ellas.
Ferran no para de repetir el que se ha convertido en el gran lema de el nuevo Bulli: “comer conocimiento para alimentar la creatividad”. Eso quiere decir que no se puede investigar sobre gastronomía –ni sobre nada– sin conocer la historia y los antecedentes y, en definitiva, sin tener conocimientos del tema sobre el que se va a investigar. Es decir, es importante conocer qué se ha hecho hasta el momento, para no caer en los mismos errores que se hayan podido cometer y para que lo que se hace sea realmente innovación. Por eso, cuando uno se pasea por elBulliLab, puede ir observando mapas conceptuales sobre la historia de la gastronomía o incluso de la humanidad. También se puede descubrir, en los paneles de porexpan, la historia de el Bulli, algo que hasta ahora no había dado tiempo de recopilar.
