No es blanco, no es negro: es elBulliLab

No es blanco, no es negro: es elBulliLab

Septiembre, ese mes que nos devuelve a la realidad y nos dice “¡eh! Tú tienes unas obligaciones que cumplir…”, ha llegado. Y aquí nos tenéis: de nuevo en elBulliLab, trabajando para aportar lo mejor de cada uno. Esperamos que no nos hayáis echado mucho de menos… Si hay algo que solo podrá decir el equipo de Talentum elBulliLab 2015 es que estamos viviendo en primera persona el primer año de vida de este espacio en el que la pasión y la creatividad se juntan para crear cosas alucinantes. Sí, somos los primeros. Y llegar los primeros tiene sus ventajas, pero también alberga algunos inconvenientes. Nada es blanco o negro y elBulliLab no iba a ser diferente. El cambio de restaurante a fundación ha hecho que se tengan que repensar muchas cosas. La metamorfosis de elBulli no ha sido moco de pavo. De hecho, no tengo claro si la frase anterior debería estar escrita en pasado o en presente, porque a día de hoy aún hay muchas cosas que están en proceso de cambio y construcción. ¿Y esto qué significa? Caos. Si nos preguntáis qué estamos haciendo o qué es elBulliLab, no siempre vamos a saber contestaros, porque nosotros nos lo preguntamos día a día. Y es que no estamos hablando de un restaurante, sino de algo superior, que abarca mucho –no os hacéis una idea de cuánto- y cada día más. Y hoy está claro algo que mañana no lo estará y viceversa… Vaya, que es un caos. Cuando os decimos que se trata de un espacio de work in progress, no es en vano. Sabemos lo que estamos...
¿Multidisciplinariedad? No, que va…

¿Multidisciplinariedad? No, que va…

Una de las mayores ambiciones que tiene Ferran Adrià con elBulliLab es volver a cambiar el mundo. Ya lo hizo en el campo de la gastronomía con su restaurante –que cerró las puertas en 2011 para dejar paso a la trepidante aventura de elBullifoundation– y ahora, ni corto ni perezoso, lo quiere volver a hacer. No ya haciendo magia con alimentos, jugando con técnicas ni experimentando con nuevas tecnologías, sino dando un vuelta de tuerca al universo de las pymes, al sector educativo o al ecosistema emprendedor. Para ello, cuenta con el apoyo de Telefónica que, gracias al programa de becas Talentum, le ha dado la posibilidad de trabajar con 10 jóvenes talentos provenientes de muy diversas disciplinas –en otras palabras, nosotros– para apoyarlo en la consecución de sus más que ambiciosos objetivos. Y en estas nos encontramos, dando el callo, con una mentalidad completamente opuesta a la que teníamos cuando llegamos aquí, listos para aportar nuestro granito de arena. Y es que este es un proyecto de largo recorrido, una carrera de fondo en la que nosotros deberemos pasar el testigo a la siguiente hornada de alocados y apasionados jóvenes que estén dispuestos a asumir este reto. Quizás lleguemos a colocar la primera piedra o quizás solo los cimientos. Pero estamos seguros que cuando pasen unos años y veamos que el trabajo realizado empieza a tener resultados, diremos orgullosos que fuimos los primeros en tirarnos de cabeza a una piscina sin apenas agua. Pero… ¿Y qué estamos haciendo exactamente? ¿En qué “fregados” estamos metidos? Vamos a intentar desgranarlo todo un poco y haceros un breve resumen de todo...
¿Minority report o elBulliLab?

¿Minority report o elBulliLab?

Cuando nos dijeron que cabía la posibilidad de que en un par de meses tuviéramos una máquina de ese calibre en elBulliLab, todos los integrantes del equipo de Talentum quedamos de lo más impresionados e impacientes. No sabíamos muy bien lo que era ni lo que hacía, pero por lo poco que nos habían podido explicar, estábamos impacientes por conocer más. Hasta que una buena mañana nos mandaron por correo una presentación en la que se explicaba con todo lujo de detalles en qué consistía aquella incógnita. Ferran quería saber lo que opinábamos de ello. Estamos hablando del proyecto de VolvoxLabs [VVOX] y Microsoft, un espacio funcional en simplificar el proceso de almacenamiento de información y, al mismo tiempo, una herramienta que ayuda a fomentar el proceso de creatividad colaborativa y el compartir conocimiento dentro de un equipo. Lo primero que hicimos, pues, fue estudiarnos la presentación de cabo a rabo para dar nuestro feedback sobre cómo todo aquel monstruo tecnológico se podía aplicar (o no) en el día a día de elBulliLab. Fue unos días después cuando vino desde Madrid un equipo de Microsoft a presentarnos en persona aquel proyecto casi faraónico. Como ya teníamos cierto conocimiento de causa, fuimos invitados a la reunión, en la que pudimos expresar nuestra opinión enfrente de los ponentes, que lograron convencer a Ferran para que aquel engranaje se pusiera en marcha lo antes posible. Tras todo esto, empezaron las obras de montaje, durante las cuales ciertos miembros del equipo han hecho el seguimiento de tareas, tales como comprobar si el material que llegaba estaba bien, montar mobiliario, integrar la maquinaria, configurar...