¿Aceptamos «innovación» como animal de compañía?

¿Aceptamos «innovación» como animal de compañía?

Actualmente, utilizamos la palabra “innovación” prácticamente como si se tratara de un comodín. Es  un término que queda muy bien, así que, casi sin darnos cuenta, lo insertamos en cualquier momento en el que queremos otorgar relevancia a nuestras palabras. Y aunque sería fantástico que todo pudiera ser innovador, la realidad es que si todo lo fuera, nada lo sería. Entonces, ¿cuándo podemos hablar realmente de innovación? ¿Qué es aquello que puede ser calificado de innovador? Según la Real Academia Española, “innovar” es “mudar o alterar algo, introduciendo novedades” o “volver algo a su anterior estado”. El segundo significado es muy interesante. En un primer momento, nos puede parecer completamente opuesto a lo que entendemos normalmente por innovar,  pero la realidad es que la innovación está completamente relacionada con los antecedentes de aquello sobre lo que queremos innovar. De hecho, Ferran Adrià siempre dice que si no investigas, si no profundizas en los orígenes y la evolución de aquello sobre lo que quieres innovar, puede que vuelvas a inventar la pólvora. Innovar es un proceso muy complejo, en el que se debe empezar por hacer un análisis exhaustivo de todo lo que ya existe, ver su funcionamiento, cómo ha evolucionado, así como estudiar los problemas y las oportunidades en las que basaremos la novedad. Para llevar esto a cabo de la manera más eficiente, en elBulliLab se está desarrollando una metodología de trabajo que pretende reorganizarlo todo: Sapiens. Sapiens parte, precisamente, del problema de que la desorganización y la gran abundancia de información que encontramos en relación al mundo de la gastronomía entorpece la innovación en este campo. Por...
Las vacaciones son para (des)conectar

Las vacaciones son para (des)conectar

Ya ha llegado el mes de agosto –no lo digamos muy alto, pero ¡por fin!– y el equipo Talentum elBulliLab está disfrutando de sus merecidas vacaciones –tenemos a tres baleares en el equipo que no sabéis cómo echaban de menos sus pequeñas islas–. Pero ese no es motivo para dejar de charlar un ratito con vosotros. Y por eso, hoy os vamos a hablar de las cosas que hacemos en vacaciones. Siempre se ha dicho que las vacaciones son para desconectar, pero, a día de hoy, esta afirmación no refleja con mucha exactitud la realidad que vivimos. ¿Desconectar? Bueno, quizá desconectemos el despertador y encendamos mucho menos el ordenador, pero la realidad es que gran parte de nuestro descanso lo destinamos a interactuar con nuestros smartphones y otros juguetitos tecnológicos, que podríamos decir que casi que ya se han convertido en nuestra quinta extremidad. La cuestión es que sea como sea, las vacaciones son para descansar, pero no de la tecnología. De hecho, ahora nos ayuda a descansar y ahorrar tiempo, ya sea encontrando vuelos, hoteles o apartamentos baratos, ofreciéndonos consejos para superar un posible jet lag, recomendándonos las mejores actividades de ocio e incluso avisándonos de que vamos a abrasarnos si seguimos al sol y sin protección solar. Hay pocas cosas que no podamos hacer en vacaciones gracias a la tecnología y al nacimiento incesante de apps que solucionan problemas muy concretos. Y la verdad es que si antes convivíamos con esos problemillas cotidianos, ahora ya no sabemos vivir sin las apps que los hacen desparecer. Lo más imprescindible para las vacaciones no lo llevamos en la maleta,...